jueves, 27 de febrero de 2020

Espaghetti hechos a mano - Handmade Spaguetti

La actualidad de estos días está profundamente marcada por el coronavirus. Puede que dentro de unos meses ni nos acordemos de lo que fue (ojalá), pero en el momento que escribo, no se habla de otra cosa. ¿Los focos calientes? China e Italia. ¿Qué tienen en común China e Italia? La pasta. 

Sigue leyendo si te apetece...

Pues nada, que te evito viajar estos días a estos países, explicándote cómo hacer una pasta que está para morirse. Rectifico... para chuparse los dedos. ¡Uhm! Tampoco es excesivamente recomendable... Estará de rechupete. ¡Así sí!
Ingredientes (Para 4 personas)
Para la pasta
200-250 g de harina de trigo blando (harina normal)
2 huevos grandes
La proporción es 1 huevo por 100 g. Siempre te puedes ayudar con un poco (¡poco!) de agua

La pasta que compras en una tienda está hecha con sémola de trigo duro en lugar de harina de trigo blando y normalmente agua en lugar de huevo, pero trabajar con estos ingredientes es un poco más complicado y sobre todo más difícil de conseguir a nivel doméstico.

Para  la salsa
1/2 cebolla
Aceite
150 g tomate triturado
150 g de ternera picada
Especias (albahaca, orégano...)
Queso parmesano
Elaboración

La elaboración es muy sencilla, pero (y si no lo digo reviento [abro inciso]) en mi opinión, no sale a cuenta. La paliza que te das para amasar la bola no tiene precio. Salvo que seas un tarao de las elaboraciones caseras (como el que escribe), pero lo que vale una pasta BUENA en una tienda, no hay color. Aunque algo parecido pasa con el pan, y espero hacer una entrada en breve... Una vez formada la bola, puedes usar la típica máquina para estirar y formar la pasta, pero la paliza de amasar ya te la has dado. Vamos, que yo estaba pensando comprar una maquinita de esas y con lo que valía, aquí estoy escuchando música con mis nuevos auriculares... [cierro inciso, sigo con la elaboración].

Dispón en un bol suficientemente grande (puedes hacer lo típico de hacer una forma de volcán y poner los huevos dentro, pero bastante se pringa todo como para encima colaborar...) la harina y los huevos. 


Comienza a remover con una varilla (puedes hacerlo con las manos, pero te pringas un poco más) para formar una mezcla homogénea. Llegará un momento que no podrás seguir trabajando con la varilla... pues a pringarse toca.


Sigue amasando. Aquí estarás de buen humor...


Aquí no tanto, pero todavía... Tú sigue amasando.


Aquí ya tendrás ganas de matar a alguien. Si ves que la masa "pide agua" puedes mojarte las manos y seguir amasando... el agua que incorpores ayudará, pero incorpórala muy de poco a poco).


Para cuando hayas formado la bola de la siguiente imagen ya no te quedarán Santos sin nombrar (Dios me perdone). Tendrás ganas de reprochar a la persona que vaya a comer contigo la paliza que te has dado. Te dolerán los brazos. Estarás de mal humor. Pero no caigamos en el drama. Una cerveza (o dos) siempre templará los ánimos. Aprovecha los 10 0 15 minutos que debes dejar la masa reposando (tapada con un film transparente para que no se seque) para reflexionar sobre los pecados de la carne (o sobre el final de Juego de Tronos, como veas).


Recobrada la compostura, es momento de comenzar a estirar. Para ello, enharina la superficie para facilitar el estirado y corta pequeñas porciones de masa (la bola, yo la estiré en 12 porciones: dividí la bola en 4 trozos y cada trozo en 3 porciones)



Comienza a estirar con la ayuda de un rodillo. Intenta mantener una forma lo más rectangular posible (para que los espaguetti sean lo más regulares posibles). Recuerda espolvorear harina debajo y encima, para evitar que se pegue y facilitar el extendido.


Intenta conseguir la longitud de la hoja de un espaguetti. Enrolla la hoja (puedes poner un par de hojas juntas) como en la foto.



Corta en trozos regulares con un cuchillo, y ve reservando sobre un papel, extendiendo los spaguetti todo lo que puedas (lo ideal sería tener una percha para que se secasen un poco, pero si no la tienes, no pasa nada).


Al final, tendrás una cantidad suficiente para 3-4 raciones.




Haz una salsa a tu gusto; yo en este caso una de tomate con carne. Picar la cebolla y poner en una sartén con aceite caliente.



Cuando se comienza a dorar, añadir la carne picada y añadir un poco de sal.



Rehogar a fuego alegre hasta que se comienza a ver bien cocida (me gusta que aparezcan zonas tostadas).



Añadir la salsa de tomate (si es muy ácida, añadir una cucharada de postre de azúcar).



Llevar a ebullición hasta que se fría el tomate. Al final, añadir las especias y rectificar la sal. Reservar.


 Por último, para hervir la pasta en una olla grande por agua (cantidad suficiente y generosa). Añade una hoja de laurel y sal.


Cuando el agua esté hirviendo fuerte, añade la pasta. Déjala en ebullición unos 5 minutos (dale un vistazo y pruébala).



Mientras esperas, ralla el queso Parmesano.



Una vez que la pasta esté cocida, escúrrela (estos son los problemas de tener solo dos manos).


Y listo. Pon la cantidad de una ración, añade un par de cucharas de la salsa de tomate y espolvorea un poco de queso rallado por encima. No pienses en la paliza que te has dado... piensa mejor que este plato te hará inmune al coronavirus o a cualquier otra plaga que esté por venir. ¡Larga vida!



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