domingo, 13 de febrero de 2022

Mejillones Marinera

Vamos cogiendo buen ritmo con las entradas. Y hoy, una entrada riquísima y muy económica: mejillones a la marineras. A temporadas, podrás encontrar los mejillones por debajo de 2 €/kg, y a pesar de que gran parte del contenido es cáscara, tendrás dos raciones generosas de un alimento que aporta cantidad de proteínas de alto valor biológico, multitud de vitaminas y minerales como yodo y fósforo. 


Es un plato que bien puede ser plato único de una cena o un plato principal (o primero). Pintaza y además sencillo no, lo siguiente. ¡Vamos!

Ingredientes (para dos personas)

1 kg de mejillones
1 vaso de vino blanco
1/2 cebolla
1 diente de ajo
1 cucharada de harina de trigo
1 cucharadita de pimentón dulce
2 cayenas (opcional)
2 cucharadas de tomate triturado natural
1 hoja de laurel
Perejil picado

Elaboración

Aquí te dejo otra receta de mejillones, esta vez en escabecheEn cualquier elaboración, el primer paso siempre es limpiar los mejillones previamente. Para ello, rasca las con ayuda de un cuchillo los balánidos (esa especie de cráteres) o los serpúlidos (esa especie de gusanos blancos petrificados). Ambos dos son especies parásitas que habitan en la concha del mejillón (¡qué cosas mas locas hay en el mar!). No es imprescindible que se quiten, ya que no saltarán durante la cocción aunque empeoran el aspecto visual y pueden generar aprensión (que hay gente muy sensible). Yo los intento quitar todos (mejor que rascando, saltan golpeando en paralelo a la concha con el canto del cuchillo)... pero digamos que no lo consigo al 100%. También tendrás que cortar las barbas o biso, que son esas fibras que salen de la carne. 

Si los quitas tirando, cuida no desgarrar la carne del mejillón (aprieta fuertemente el mejillón cerrando las conchas y tira de las barbas hacia afuera). Si aún así desgarras la carne, córtalas lo más cortas que puedas desde la carne. Para quitar las algas adheridas, puedes hacerlo rascando con el cuchillo (o frotando con un estropajo metálico (aunque es algo que no he probado)).

Mejillones frescos

Pon en el fuego una olla con un dedo de agua (puedes porner vino blanco), con una hoja de laurel y una pizca de sal. Llévala a ebullición y cuando la tengas, añade los mejillones limpios (ejem, ejem) y tapa la olla para que se retenga el vapor que se genera. Puedes ir haciendo el sofrito (más abajo) pero no pierdas de vista los mejillones, porque el punto de cocción se alcanza bastante rápido.

Es clave que no se pasen de cocción. Cuando la mayoría se hayan abierto, es momento de retirar. Para mí, este punto de la foto es el momento óptimo para retirar de la olla.

Punto de cocción perfecto del mejillón

Con ayuda de una espumadera, retira los mejillones dejando el agua de la cocción en la olla.

Filtra y reserva el jugo de la cocción de los mejillones.


Para hacer el sofrito, pon una sartén al fuego, cubre la base con aceite y mientas se calienta, pica media cebolla fina (brunoise).


Pica el ajo, en un tamaño similar al de la cebolla.


Cuando el aceite esté caliente, añade la cebolla y el ajo y rehoga hasta que comience a dorar. Dale un punto de sal (ligero, que el agua de cocción también aporta sal).


Si te gusta que tenga un puntazo picante, puedes añadir dos cayenas. Si el picante fuertecito no es lo tuyo pero te gusta un puntito, puedes usar pimentón picante en lugar de dulce.


Cuando la cebolla y el ajo estén rehogados, añades la cucharada de harina de trigo. Remueve para que se dore un poco.


Por último, añades las cucharada de pimentón. Remueve para distribuir. No tardes en añadir el siguiente ingrediente para evitar que el pimentón se queme y aporte sabores desagradables.

Pimentón dulce o picante

Añade las cucharadas de tomate triturado. Remueve.


Añade un vasito de vino blanco y un vasito de jugo filtrado de la cocción (yo no tenía y añadí toda la fracción acuosa del agua de cocción). 

El caldo de cocción del mejillón aporta un agradable sabor a mar

Remueve para que la harina se distribuya bien y no se apelmace (si ves algún grumo, cháfalo para disgregarlo).


Por último, añade el perejil picado.


No te olvides de retirar las cayenas. Rectifica el punto de sal (sé prudente).


Cuando la salsa tenga el punto de viscosidad adecuado (deja la salsa un punto espesa, ya que al añadir los mejillones seguirán aportando agua a la salsa).


Y ya está. En el momento de servirlos, intentan cubrir con salsa los mejillones.

Mejillones marinera

¡Disfrútalos! 

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