Tabulé

Como sabrás, tras la cumbre de Kioto, los países de las Naciones Unidas acordaron que únicamente habrá dos estaciones al año. Primavera, desde Noviembre hasta Abril y Verano, desde Mayo hasta Octubre. El invierno existirá a modo intermitente en breve espacios de tiempo, preferiblemente en los fines de semana en que organices algún evento o escapada a algún sitio, y el Otoño se suprime porque tiene muy mala rima.

Estos efectos de temperatura son más que palpables en Zaragoza. Si en algún momento en la serie Juego de Tronos (que en el día de publicación de esta entrada estrena primer episodio de la 7ª temporada) deciden incorporar un nuevo Reino que se llame Infernalia, desde luego tendrán que rodarlo por aquí.

Para paliar los efectos sofocantes de las temperaturas, la propuesta de hoy es una ensalada muy refrescante. Se llama Tabulé, y te puedes complicar la vida escribiendo el nombre tanto como quieras (Tabbule, Tabbouleh...).

Ingredientes (para 3 personas)

1 Tomate maduro (2 si son pequeños)

1 Pepino

1/2 cebolla de Fuentes

1 ramita de menta

3 tazas de cuscús

Zumo de medio limón

Mantequilla

Sal

Elaboración

La elaboración es muy sencilla. En primer lugar, preparamos el cuscús. Yo uso una taza de café llena por comensal.

Pon el mismo volumen de agua que de cuscús en un recipiente (lo puedes hacer a ojo, o medir 3 tazas), añades un poco de sal y lo llevas a ebullición. Cuando comience a hervir, apagas el fuego y añades el cuscús al agua.

Ayudas con un tenedor a distribuirlo y lo tapas, un par de minutos.

Pasado ese tiempo, añades una nuez de mantequilla.

Remuévelo con la ayuda de un tenedor para que quede suelto, eliminando lo grumos (no lo dejes mucho tiempo tapado; cuanto más tiempo lo dejes, más compactos serán los grumos).

A la vez que vas preparando el cuscús, picas la cebolla. Si no tienes Cebolla de Fuentes (que es una variedad muy suave, ideal para ensalada), la puedes escaldar ligeramente para que se pueda comer cruda.

Picas el tomate, en trocitos pequeños.

Pelas y picas el pepino, en trocitos de tamaño similar al tomate.

Pones todos los vegetales en un bol, sazona ligeramente y añades el zumo de limón. Remuévelo para incorporarlo. 

La receta original es con una ramita (o dos) de menta. Yo no tenía menta, pero tengo una maceta con albahaca, que me sirvió perfectamente (en la foto, puedes ver una mata de perejil al lado, asfixiada de calor).

Separa las hojas de los tallos y picalas.

Incorpora todos los ingredientes junto con el cuscús, dale unas vueltas para mezclar bien todos los ingredientes y mételo en la nevera durante un par de horas (si no tienes tiempo para enfriarlo, puedes añadir un poco de hielo picado).

Y después de comer, vete a la piscina a darte un baño. ¡Pero recuerda las dos horas para la digestión!