Crepes mitológicos

Los Crepes (crêpes, crepas, creps, filloas o crepers) es una receta sencilla y vacilona, que te sirve para preparar sin despeinarte una merienda, una cena o un desayuno, que es para lo que originariamente fueron inventados. Hay gente que dice que provienen del imperio romano o de la región Oeste de Francia, y puede que sí o puede que no, pero la historia no es exactamente así. Lo interesante del Crepe es que fue creado con la intención de sorprender. 

Tal vez en la antigua Alejandría, o alguna universidad cercana, después de una fiesta de veterinaria, un estudiante de astronomía consiguió ligar con una estudiante de enfermería. Estuvieron toda la noche paseando junto a la torre de Babel, y con la excusa de enseñarle su colección de papiroflexia de pergamino, ella fue a su piso de estudiante. Ya allí, para acabar de seducirla con sus dotes culinarios, él preparó un delicioso desayuno con lo que pudo encontrar por la fresquera... claro en los pisos de estudiantes, ya se sabe... pero con huevos, harina, leche y azúcar se las apañó para preparar un desayuno delicioso. Exacto, preparó unos crepes, que todavía se recuerdan en aquella universidad.

En homenaje a todos esos estudiantes del mundo, aquí va la receta de los Crepes. Como no es habitual disponer de báscula, esta receta va con referencias para poder hacerlos igualmente.

Ingredientes

1 huevo

1 vaso de leche (1 vaso de nocilla, lleno hasta un límite manejable. Equivale a 200 ml)

1 cucharada de azúcar (colmada, como en la foto)

6 cucharadas de harina (colmadas)

aceite o mantequilla

Elaboración

Con estos ingredientes salen unos 10 crepes. La primera vez que los hagas es probable que te salga alguno menos, ya que necesitarás más mezcla para cubrir la sartén. Con un poco de práctica, conseguirás hacer unos crepes delgados

En un vaso de batidora, añades el huevo, el vaso de leche y el azúcar.

Agitas con la varilla de la batidora hasta que quede completamente homogéneo. Posteriormente, añades las cucharadas de harina y sigues agitando hasta que queda una mezcla cremosa, sin grumos.

¿No tienes batidora? ¡¡No hay problema!! Mete todos los ingredientes dentro de un bote (¡limpio!) con tape como por ejemplo un bote de verdura, ciérralo y agítalo hasta que no tenga grumos. Puedes verter desde aquí a la sartén, o con un cazo.

Dejas reposar 10 minutos y luego vuelves a agitar un poco más. Mientras, pones en la sartén (que tenga unos 14 o 15 cm de base, y muy importante que sea antiadherente) un poco de aceite o mantequilla a calentar a fuego medio (es mejor que se haga despacio, ya que si no, puede ser complicado darles la vuelta porque va bastante rápido hacerlos).

El primer crepe, al mezclarse con aceite, sale un verdadero churro, pero te servirá para retirar la grasa sobrante de la sartén y también para alcanzar la temperatura de trabajo ideal. Es comestible, pero más feo (y más aceitoso).

A partir de aquí, es ir haciendo crepes uno detrás de otro. Yo los hago con un cazo sopero; inclino la sartén 45º y vierto en la parte superior todo el cazo (repartiendo el contenido de izquierda a derecha mientras lo vierto). Lo bueno del cazo es que tengo la medida de que lleno equivale a un crepe.

Al mismo tiempo, muevo la sartén con la otra mano para mover la crema hacia las zonas de la sartén que se han quedado descubierta. En las fotos a continuación, probablemente la peor crepe que he hecho en los últimos 10 años:

Cuando veas que cambia la textura en la parte superior, es momento de darle la vuelta. Con una espátula se voltea muy bien. Si no tienes espátula pero soportas medianamente bien el calor, puedes ayudarte con la mano para introducir una cuchara de madera por debajo. Asegúrate de que no se ha adherido los bordes a los laterales de la sartén, si es así, despégalo antes de intentar voltear.

Y tras dejarlo un momento por el otro lado, repites la operación de colocar la espátula o la cuchara de madera, y lo retiras a  un plato.

¡Y ya está! Luego los mezclas con mermelada, queso, jamón cocido, sirope, nocilla... lo que quieras. 

Un plato sencillo y rico... ¡¡que te ayuda a triunfar!!