lunes, 26 de diciembre de 2016

Tortilla Light de Ruedas

Esta entrada es un clásico básico de la cocina de aprovechamiento. De hecho, la denomino "cocina de ruedas" porque la hago con lo que "rueda" por la nevera. 


No siempre uso los mismos ingredientes... pimientos, zanahorias, calabacín, bacon, jamón, champiñones... puedes usar cualquier ingrediente que tengas por ahí. La verdad es que una vez que lo mezclas en una tortilla, el resultado es fantástico.

Ingredientes (en esta caso):

- 3 patatas pequeñas
- 1 cebolla morada
- 3 champiñones portobello
- 3 huevos
- Aceite y sal

Elaboración

Además, en este caso (al llevar patata) necesitamos gelatinizar el almidón de la patata, por lo que necesita una cocción; la preparación típica sería una fritura, pero al sumergir la patata en aceite conseguimos que se sature, lo que hace que la ingesta calórica sea elevada. Otra cocción posible sería el hervido, pero produce un arrastre de minerales y una pérdida de sabores que empobrece el resultado. Una cocción equilibrada sería el asado en horno, que no arrastra sabores (al contrario, los intensifica), pero es muy lenta... ¿Que nos queda? Exacto, el microondas.

Vamos a cocer todos los ingredientes en el microondas, por lo que el sabor será suficientemente intenso, aportará un contenido calórico menor al de la versión "original" de fritura en aceite (por lo que podemos llamar a nuestra tortilla "light") y además será una elaboración muy rápida.

En primer lugar, pelas y cortas la patata en láminas de 1-2 mm de espesor. Para hacerlo, usa mejor un cuchillo de filo liso (o un instrumento de corte, si lo tienes). Con un filo aserrado no es posible conseguir espesores delgados (aunque si no tienes otra cosa, la tortilla será comestible igualmente).


En el mismo recipiente, añades la cebolla (en esta caso morada), cortada a finas láminas también. Sazonamos y añadimos un hilo de aceite. Cocino estos ingredientes simultáneamente por necesitar tiempos de cocción similares (mayores que el champiñón). En el peor de los casos, si pones un ingrediente que necesita cocciones menores mezclado con otros, siempre puedes retirar el ingrediente que va más rápido de la olla y volver a introducir el resto de ingredientes.


Tapamos el recipiente e introducimos en el microondas. En mi caso, es un microondas con una potencia de 800W (lo más habitual en microondas domésticos). Para esta cantidad (unos 700 gramos de ingredientes crudos) hago una primera cocción parcial a máxima potencia de 6 minutos.


Mientras avanza la cocción, corto los champiñones. Retiro la olla, remuevo los ingredientes, añadimos los champiñones, volvemos a sazonas y añadimos otro hilo de aceite y volvemos a remover para que el aceite se distribuya lo mejor posible.



Volvemos a cubrir e introducimos en el microondas de nuevo, a potencia máxima durante otros 5 minutos. Durante este tiempo, ponemos en un recipiente suficientemente grande para que quepan todos los ingredientes, los huevos (3 en este caso) con una pizca de sal y batimos hasta conseguir una mezcla homogénea.


 

Finalizada la cocción del microondas, mezclamos el contenido de la olla de plástico con los huevos batidos en el bol, y mezclamos para que el huevo recubra todos los ingredientes.


Simultáneamente, hemos puesto a calentar un hilo de aceite en una sartén a fuego medio:


Cuando el aceite está caliente (si inclinamos la sartén vemos que el aceite corre como si fuera agua, no presenta viscosidad), vertemos el contenido del bol.


Dejamos cocer hasta que vemos que los bordes van cambiando de color (es cuando el huevo está cuajado). Para evitar el típico drama de que la tortilla se pegue al fondo, es importante: que no hagamos la cocción a fuego fuerte; que usemos una sartén con el fondo anti-adherente en las mejores condiciones posibles; y que una vez que veamos que comienza la cocción, facilitemos el despegado dándole unos  movimientos rápidos, arriba y abajo, para facilitar el despegado de la sartén una vez comienza la cocción. Si tenemos cierta destreza, podemos ayudar a despegar el borde y el fondo con una cuchara de palo o con una espátula)


Antes de dar la vuelta a la sartén: Asegúrate que tienes un utensilio para rascar la base en caso de que esté pegada. En caso contrario, te arriesgas a que si se ha pegado te vas a encontrar con una sartén con estalactitas chorreantes de huevo en una mano, un plato con una tortilla que se desparrama en la otra, y vas a tener que empezar a buscar algo para rascar con tus orejas. ¡¡Sé precavido y prepara una cuchara o una espátula antes de dar la vuelta!!) 

La operación de voltear es sencilla. Pon un plato que encaje dentro de la circunferencia de la sartén. Pon una mano sobre el plato (hazlo rápido para que no te quemes), coge el mango de la sartén con la otra mano y voltea la sartén sobre el plato. Si no lo has hecho nunca, no es mala idea que entre la mano y el plato pongas un paño, para evitar que te caiga aceite y/o huevo caliente. Cuando lo hayas hecho dos o tres veces, verás que no tiene ninguna complicación.



Vuelve a colocar el contenido del plato dentro de la sartén para que se haga la base (que está cruda), un poco menos tiempo que lo que te ha costado hacer el otro lado, ya que ahora los ingredientes están calientes y la duración debe ser menor.


Y ¡¡Ta-Chán!!. Aquí tienes tu tortilla de ruedas. 

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