domingo, 12 de abril de 2020

Tarta de Queso (con un punto de Camembert)

Si en Enero te llegan a decir que el mundo pasaría la Pascua confinado en casa, te hubieras reído en la cara del que te lo decía. Pero, como decía Heráclito de Efeso "todo fluye, nada permanece". El mundo ha cambiado y ni el mundo ni nosotros volveremos a ser los mismos cuando esto termine. Como son cuestiones que escapan a cualquier ser sobrio, vamos a fluir con esta entrada de hoy que te vas a caer patrás, prim@. 

Tarta Queso Camembert albaricoque

¿Te acuerdas de la última vez que fuiste a un restaurante? Yo creo que éste de hoy fue el último postre que tomé antes del confinamiento por el maldito coronavirus. Si eres de los que cuando vas a un restaurante a comer y entre las opciones de postre hay tarta de queso ya no escuchas la demás opciones, la entrada de hoy es para tí. Somos una raza a parte. ¿Quién puede resistirse a algo así? 
La receta de hoy es una tarta rápida de queso, pero le vamos a dar un puntazo de Camembert que hará las delicias de propios y extraños. Es muy fácil y el resultado es alucinante. Hay una variante de tarta de queso que se hace al horno, pero dejarla 'perfecta' es algo complicado... Intentaré traer esa receta cuando la tenga controlada. De momento, con ésta, no fallarás. Sigue leyendo y verás que es más difícil contarlo que hacerlo.

Ingredientes (para 10-12 raciones):

- Para la base
80 g de mantequilla
150 g de galleta (en mi caso, Chiquilín; me pirra ese punto de coco que tienen)

- Para la crema
300 g de nata
400 g de queso Philadelphia (2 tarrinas)
125 g de crema de queso Camembert (1 tarrina)
150 g de azúcar
200 g de leche
2 sobres preparado para cuajada

- Para la decoración (topping)
Mermelada de fresa (o de cereza, frambuesa, arándano... cosas del confinamiento, he usado mermelada de albaricoque y queda de maravilla).

[Si no tienes sobres de preparado para cuajada, puedes usar láminas de gelatina (para estas mismas cantidades, 7 láminas de gelatina neutra 220 Bloom o su equivalente en polvo (la convencional, no uses saborizadas). La textura no será tan cremosa, pero servirá). En este caso, no hará falta que lleves la mezcla a ebullición como se describe en la elaboración a continuación; disuelves las láminas hidratadas en la leche fría y cuando estás calentando el resto de ingredientes, la incorporas; te aseguras de que se han disuelto correctamente todos los ingredientes, retiras de fuego y sigues los pasos de la elaboración].

Elaboración

En primer lugar, pesa todos los ingredientes. Pon la mantequilla a derretir en el microondas o al baño maría. En microondas, dale 20 segundos a máxima potencia debe quedar un poco más líquida que en punto de pomada que sería el de la foto (en esta foto llevaba a 10 segundos de micro).


Machaca las galletas. Si tienes disponible, no dudes en usar una picadora o robot de cocina. En este caso, lo pico en un mortero sólo para esta entrada. Me debo a mis seguidores... De normal, lo haría con robot.


Si tienes picadora o robot ¡no sufras!

Si lo picas a mano, repasa con una cuchara para asegurarte que no quedan fracciones gruesas sin triturar.


Usa picadora o robot

Añade la mantequilla fundida y remueve hasta conseguir una pasta homogénea, tal que así.



Hice dos presentaciones distintas... la mitad en unos vasitos con una ración individual y  la otra mitad en formato de tarta 'normal' con un molde de 15 cm de diámetro. Si vas a hacer sólo una tarta redonda para cortar raciones, lo idea sería que usaras un molde de 20-22 cm de diámetro (para que te quede un espesor de crema de 3 cm aprox). Molde más pequeño, demasiado grosor (¡asegúrate de que entre todo!); molde más grande, poco espesor (demasiada galleta y mermelada para poca crema). Para los vasitos de porciones individuales, poner un par de cucharadas de base de galleta y aplanar una superficie plana (un vaso de menor diámetro).


Para el molde 'normal', ponlo sobre una superficie plana (puedes usar un papel sulfurado si luego lo vas a tener que desmoldar), añade el contenido y ve aplanándolo, para que el grosor sea igual en toda la superficie. Asegúrate de sellar muy bien los bordes, para evitar que se escape cuando añadamos la crema. Pon en la nevera a enfriar para que se endurezca la mantequilla.



Mientras tanto, para elaborar la crema, pon en una olla la nata, los quesos y el azúcar a fuego suave.


Integra todos los ingredientes con la ayuda de una batidora (mejor antes de que esté caliente, para no fastidiar la batidora).


Mientras se va calentando (recuerda remover de vez en cuando para evitar que se agarre), disuelve el preparado de cuajada en la leche fría. Remueve hasta que no haya ningún grumo.


Cuando la mezcla haya llegado a ebullición (cuando aparezcan burbujas, no necesitas una ebullición fuerte), añades la mezcla de leche y preparado de cuajada.


Remueves y sigues calentando hasta que vuelva llegar a ebullición (igual que antes).



Y listo. Retiras del fuego y dispones la crema en los moldes.



Dejas que pierda un poco de temperatura y después llevas a reposar en la nevera. Estará lista para consumir en unas 3 o 4 horas, aunque te recomiendo que repose por lo menos 6 u 8 horas (para que esté suficientemente frío).

Te recomiendo añadir la mermelada lo antes posible (pero que esté suficientemente 'cuajada', lo que ocurrirá tras una hora u hora y media), para evitar que se forme la 'costra´ que hace la cuajada en contacto con el aire. Puedes cubrir la superficie con papel aluminio para evitar esto, pero la superficie no quedará tan lisa. 


Ni pronto ni tarde

Extiende con cuidado para cubrir toda la superficie con mermelada.


En el caso de los formatos individuales, ya lo tienes listo. En el caso del formato tarta, quedará desmoldar. Tú eliges con cual te quedas. 


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