Mousse de Chocolate Blanco con Jaleo de Lavanda (y Coulis de Frambuesa)

Arenal de Sevilla, y Olé... Torre del Oroooo. Aprovecho hoy un viaje a Sevilla y que no hace caló ni ná, para poner un postre muy refrescante que hice hace unos días y me guardaba en la recámara para algún dia de calor sofocante como estos. Como siempre, super sencillo (ultra, me atrevería a decir) y resultado deslumbrante. ¡Vámonos!

Inciso: si no tienes Lavanda (o Espliego, es lo mismo), no pasa nada. Le da un aroma al chocolate blanco que es muy gracioso, pero no es imprescindible. Cuidado con la cantidad, porque si te pases, será como chupar el ambientador de un coche.

Ingredientes (para el Coulís de Frambuesa)

100 g de frambuesas frescas

70 g de azúcar

zumo de medio limón

Elaboración del Coulís

Añade en un cazo las frambuesas frescas lavadas, junto con el azúcar y el zumo de limón. 

  

Llévalo a ebullición suave, y remuévelo hasta que veas que las frambuesas se han derretido y tienes una "salsa" espesa.

Las frambuesas tienen muchas pepitas, te recomiendo que lo pases (con mucha paciencia) antes de que se enfríe (ya que estará más líquido) por un colador de malla ancha.

Una vez colado, déjalo enfriar. Para que la dosificación sea más sencilla, lo puedes poner en un biberón.

Ingredientes (para la Mousse)

1 tableta de chocolate blanco (200 g)

1 vaso de leche (200 ml aprox)

1 cucharadita de flores de lavanda

1 brick pequeño de nata (200 ml)

2 hojas de gelatina neutra

Elaboración (Mousse)

En primer lugar, pon la nata en un vaso de batidora y móntala con las varillas. Una vez montada, reserva en el frigorífico.

Pon en un cazo la leche a hervir (suave) junto con la cucharada de espliego. 

Mientras se calienta, pon el chocolate blanco en un bol.

Pon las hojas de gelatina a hidratar, en agua fría. Cuando la leche haya comenzado a hervir, bájala al mínimo y remueve para evitar que se agarre. Introduce las hojas de gelatina (escurridas) en la leche con lavanda y asegúrate de que se han disuelto. 

Pasa la leche infusionada por un colador y viértela sobre el chocolate blanco. 

Aprovecha el calor para derretir el chocolate blanco. Si con el calor de la leche no es suficiente, mételo en el microondas 10 segundos, sácalo y remueve. Si no es suficiente, repite la operación, pero no lo pases de calor. Es mejor que el chocolate se funda despacio a poca temperatura que arriesgarte a quemarlo (además que tendrás que esperar más tiempo para volcarlo con la nata).

Añade ahora sobre la nata montada que ha estado reservada en la nevera la mitad del chocolate blanco (que deberá estar templado), en un recipiente suficientemente grande para que entre toda la mezcla.

Incorpóralo con movimientos envolventes para desairear la nata lo menos posible. Añade el resto del chocolate blanco y repite la operación hasta obtener una crema homogénea.

 

Para la presentación, yo usé una manga pastelera para dosificar dentro de unos vasos de yogurt de una conocida marca que de momento no voy a publicitar porque estoy a la espera de su oferta final por aparecer en mi blog. Al llevar gelatina (la mousse, no el yogurt de esta marca que no quiero publicitar), es importante que lo pases al recipiente donde será presentado, ya que se estabilizará y ganará consistencia. 

 

Si no te gustan los yogures de esta marca o no estás por la labor de hacerles publicidad, pues lo dosificas en el sitio que más rabia te dé, como estos moldes de flan (esto es de una prueba previa hasta que conseguí que la receta fuese digna de este blog).

Llevamos a la nevera los vasos un mínimo de 12 horas (deseable al menos 24 ó 36 horas). Una vez que ha cogido consistencia (queda muy suave), añadimos el coulís que hemos puesto en un biberón para dosificar adecuadamente (o puedes hacerlo con otra manga, o con una cuchara; siempre con cuidado para no pringar los envases).

Por último, para decorar, puedes añadir una hojita de hierbabuena y un trozo de gominola roja. Si esto es no es una vacilada de tercer grado, yo ya no sé...