domingo, 26 de marzo de 2017

Pollo guisado


Después de unos días sin ninguna entrada, le voy a dar un poco de movimiento a este blog. Hoy quiero incluir una entrada clásica en casa de mis padres. Tengo la inmensa suerte de que mi padre cría pollos caseros, y mi madre los cocina como nadie. Así que la entrada de hoy, va como homenaje.


Los pollos de casa suelen ser algo más grandes y algo más duros que los de compra. Si bien esto se puede apreciar como un defecto (y tal vez lo sea), el sabor que tienen tampoco tiene nada que ver. Hasta el punto de que puede que haya gente que no les llegue a gustar (pasa un poco como con la leche; si nunca has probado leche "de verdad", tal vez no te guste el sabor si estás acostumbrado al sabor de la de caja/brick/bolsa).
En cualquier caso, la receta puede hacerse sin ningún problema con pollo de compra.

Ingredientes:


Pollo de corral (en este caso,un pollo sin las pechugas)

Aceite de oliva
1 Cebolla
2 zanahorias
1/2 pimiento rojo
2 dientes de ajo
Champiñones (en este caso, de bote)
Perejil
Tomate triturado natural
Pimentón
Caldo de pollo/agua
Coñac
Sal


Elaboración

Lo primero es marcar el pollo. Para ello, lo ponemos en la cazuela donde haremos todo el guiso con la base cubierta de aceite, a fuego alegre. No uso la pechuga para esta elaboración, porque es una carne que en elaboraciones tan largas como el guiso, quedan mucho más secas que el resto de las piezas. Por ello, uso únicamente las patas, alas y contras (o arrancaderos).



Cuando está marcado, retiramos y reservamos. 





Mientras hemos preparado el pollo, hemos lavado, pelado y cortado la cebolla en juliana (a tiras) y la zanahoria en rodajas. El pimiento en daditos.








Bajamos un poco el fuego, añadimos las verduras sobre los jugos que han quedado en la olla. Cuando los vegetales comiencen la cocción, empezarán a soltar agua que arrastrará estos jugos (esta "recuperación" de jugos se llama desglasar). 







Puedes añadir un chorro de coñac para recoger los jugos de la carne. Sobre todo hay que evitar que se quemen, ya que le aportarán sabor amargo a la preparación. Cuando tenemos las verduras pochadas es momento de añadir el ajo, que habremos cortado en dados.



 Cuando el ajo ha cogido color, es momento de añadir el tomate triturado. Antes de moverlo, si estás usando tomate triturado natural, añádele un par de cucharaditas de azúcar, para corregir la acidez. Si es tomate frito, no hace falta que añadas azúcar.



Añadimos el perejil (yo lo pico y lo guardo congelado) y los champiñones (los añado al final porque ya están cocidos; si fuesen naturales los hubiera añadido con las verduras)





Y por último, añadimos una cucharadita de pimentón de la Vera, que aporta un sabor que es una delicia.




En este momento, volvemos a añadir el pollo. Rehogamos durante unos segundos.





En este momento, añadimos el caldo (si no tienes caldo, agua también servirá) hasta cubrir las verduras. Tapamos la cazuela, y dejamos cocer a fuego suave durante unos 40 minutos. De vez en cuando, hay que abrir para girar las piezas y que la cocción sea uniforme.




Y pasado el tiempo, a servir y a comer. Un plato de domingo, que me transporta a mi infancia. Que lo disfrutéis, por lo menos tanto como lo hago yo.

2 comentarios:

  1. Mi primer mensaje... ¡¡qué ilusión!! Muchas gracias por el comentario, José. Aunque según como lo leas, suena como una amenaza...

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